domingo, 17 de octubre de 2010

LA TRAVESÍA POR OTROS MUNDOS

En aquella mañana, con maletas en mano, me encontraba caminando hacia  algo grandioso. Espera mi transporte con una mezcla de sentimientos de alegría y nervios. Subí a un bus que me parecía tan vacío, pero algunas personas se encontraban allí. Para mí, yo estaba completamente sola,  con una sola compañía; el conductor. Bajé cerca al Banco de la República donde tomé el otro bus hacia Rumichaca. Subí con la mirada perdida, con la esperanza de encontrar a alguien conocido, y para mi sorpresa, sí, mi profesora  de castellano, Esther Oviedo. Sentí un aire fresco que recorrió todo mi ser. Le dije que me alegraba  verla porque nunca había ido a aquel lugar. Cuando llegamos, a mi espalda se encontraba la Hostería Mayasquer. Me pareció enorme. Al cruzar la puerta nos recibieron varias personas amablemente. Observé a la profesora Olga Casanova, nos saludamos.
Lastimosamente estaba lloviendo, así que estábamos un poco empapadas, pero no me importaba porque ahora la emoción había ganado al nerviosismo. En una lucha cuerpo a cuerpo, todos los participantes, ya en una mesa redonda, nos presentamos y en un pequeño papel  anotamos nuestros nombres.
Mariana  e Inés, las representantes de la OIM se presentaron y me parecieron personas muy amables, en una palabra, chéveres. Para qué, pero bien, nos hicieron realizar varias actividades. La primera, fue dibujar nuestra silueta y  adornarla, después exponer lo que significaba.
Al pasar las horas, sentía vacio en mi estomago porque no me quedaba muy a menudo a dormir fuera de mi casa. Al final de la jornada cuando muchos ya se habían retirado, me asignaron la habitación número 22, junto con dos compañeras Nelcy y Diana con quienes hicimos amistad y compartimos los 3 días de la socialización.
El día siguiente nos dedicamos a hacer exposición de nuestros mundos. Aprendimos cosas enriquecedoras  de las otras instituciones, entre ellas INSUR, INEDCI, SAN JUAN, LA VICTORIA, LAS LAJAS, ALDANA, CUMBAL, etc. Además nos formulamos preguntas sobre los mundos que teníamos. Cansadas y después de cenar nos fuimos con mis compañeras a descansar.
El último día sentí  un poco de nostalgia porque serían los últimos momentos para compartir. Nos dieron un taller de fotografía, decidimos que haríamos un libro, escogimos el propósito y comenzamos a diseñarlo. Expusimos y Mariana nos dio ideas para que la próxima socialización llevemos todo el material para que sea  publicado.
El sábado, solo con Diana y el compañero que estaba con ella en el proyecto nos dimos el último paseo por toda la Hostería y al irnos y despedirnos sentí un poco de tristeza, pero no me desanime por completo, porque ojalá, ojalá pueda volver a verlos en la próxima socialización, en noviembre; así que no fue un  adiós definitivo sino un hasta pronto.

PAOLA ORTEGA
Estudiante Grado Noveno

1 comentario:

Yawar Waqaq dijo...

eso es metira, si creanle.....
no mentira whao bacano...

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